Dos niños lloran y caen sus cabellos cortados por la piedra
Dos niños juegan y nadie mira su privada epifanía
Las risas no tapan ni al río, ni al árbol, ni a la urraca
Sus risas son la transparencia del presente
Sus pies narran la caída del manto oxidado.
No se necesitan motivos para caminar hacia el sueño
Ni manos para disipar la bruma del cansancio.
Ellos desconocen y sin saberlo llegan a la tibieza.
2 comentarios:
eran niñas y se llamaban Sarita y Madelaine...
Unas chicas muy tiernas seguramente =)
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