viernes, 23 de noviembre de 2007

PEQUEÑOS HIROSHIMAS

Todos somos pequeños Hiroshimas
esperando la acción del dedo,
el clack, la reacción alterna,
o al menos el paréntesis del ego.

por oponerse al ritmo del tiempo
la espera debería desarmarse,
implosionar hacia el centro,
hasta la unidad,
hasta la propia fisión nuclear
parábola de la apertura
fuerza activa del ser

Tras barracas enlodadas
en fronteras de aislamiento
hay que frenar la bobina y su pulsión,
restaurar el gen sensible
con estoicas banderas, sin escudo
ir al cruce de protones que abracen
el neutrón esencial de nuestro elemento.

En sinergia, en expansión...
somos carga de química orgánica
accionemos en el ser
el hecho es construcción.

miércoles, 14 de noviembre de 2007

CRÓNICA DE MAREMOTOS

Me estoy deshaciendo,
demasiadas eternidades de dunas en duda.

La compulsión de la duda no me permite
y la corrección del acto me cohíbe el ser aórtico.

Con el humo dibujo un cáncer tropical dedicado a mi pulmón derecho.

La espalda de tirantes hinchados de humedad,
las tejas del techo casi suspendidas:
lo más arcaico de la carpintería
empleado en mi modelo.

Pero algo fue bien plantado,
algo de mi flora intuye,
como caballos y ballenas,
las señas de todos mis maremotos.

Los maderos absorben los sismos,
al aire vuelve la química calma,
la sal cauteriza las grietas de mi carne
y el mar... se aleja con dolor.

Radiografías oxidadas fundidas a las olas
y estos años de bandera roja
trasmutan el tibio ámbar del sol
en la ingeniería de la abeja.

Arriba una bola de cera, sola como un panal,
se derrite por la amarilla frustración de no ser astro
y cristaliza esta extensión de dunas dudosas.

El pelícano extractor continúa
sin entender que ya no queda nada de pez,
que la playa es representación
desde el horizonte hasta la ruta.

El comulga la melancolía de la espuma,
exógeno sobre las crestas,
perforando mis olas dorsales,
alimentándose de mi no-naturaleza.

Y mis plásticas biologías pretéritas
se sumergen viscosas a desovar la pena.

De la estratificación tonal de mis arenas
alas y branquias despegan:
cardumen y colmena en un mismo aleteo anfibio
sincronizan el gameto de mis pies
y la segmentación ovípara de mis palmas.

Entonces, los pasos fecundos salen de la casa
proyectando sobre este paisaje en vela
la obstinación de la lumbre
sobre todas mis mareas.