sábado, 31 de mayo de 2008

LA CASA ROTA

Todo se descose
y ellos guardan retazos
para cuando sea tiempo de enmiendas.

Entonces, habría que coserse las ganas
para lograr reconstruir el nido
y sanar también en el recuerdo.

Pero los padres, los hijos, la mascota
se sostienen de puertas y ventanas,
se enmarcan por no mirarse

para permanecer, así, en la esperanza
de la cicatrización espontánea
sin cura del cuero del recuerdo
que se aferra a su latir endurecido.

Entonces en el cuerpo
se encarnan los agujeros de la manta
que los cobija en su destino.

2 comentarios:

Silencio dijo...

Cada vez mne gusta más lo que hacés.

luks dijo...

hermoso poema

saludos