Todo se descose
y ellos guardan retazos
para cuando sea tiempo de enmiendas.
Entonces, habría que coserse las ganas
para lograr reconstruir el nido
y sanar también en el recuerdo.
Pero los padres, los hijos, la mascota
se sostienen de puertas y ventanas,
se enmarcan por no mirarse
para permanecer, así, en la esperanza
de la cicatrización espontánea
sin cura del cuero del recuerdo
que se aferra a su latir endurecido.
Entonces en el cuerpo
se encarnan los agujeros de la manta
que los cobija en su destino.
2 comentarios:
Cada vez mne gusta más lo que hacés.
hermoso poema
saludos
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