miércoles, 4 de agosto de 2004

LA BAILARINA GASTADA

La bailarina rosa
guarda en su cofrecito de cristal
sus dedos fríos
y la gélida blancura de su alma,
los secretos de las puntas de sus pies,
la bola de pelos de su traquea,
las cintas rancias de sus zapatillas,
(aún gastadas, rosas)
los tobillos quebrados por la espera,
los númerso gigantes y diminutos de su fortuna,
la parálisis facial de su sentir,
los fragmentos de estrellas del techo,
los hombros como cemento, como hormigón.
Guarda todo cuanto desea
antes de tomarse a ella misma y recostarse
en su cajita hecha añicos
donde resuenan las cellos y las arpas,
y los fragmentos de cristal
son los que danzan, flotan y danzan
entre huecas corcheas
y las negras claves del sol.

No hay comentarios.: