jueves, 8 de julio de 2004

POCKER

Ella fruncía la boca para no decir algo, para no hablar, para poder seguir. Las cosas toman forma, son concretas una vez que estan fuera, una vez nombradas existen en el mundo para siempre, no pueden ser destruidas, así como todo crimen tiene su evidencia. Ella sabía, sabía que yo no haría otra cosa que callar. Lo sabía.
Cuánto se soporta? Cuánto se espera?. Ella sabía, sospecho que también quería aquello. Quería aunque fuera sólo eso: querer, quererme. Sinceramente le daba igual.
Qué podía yo hacer? Gritarle, empujarle la verdad como una pared que se demole a 2 centímetros del rostro? Lo hubiera hecho, mi conciencia no hubiera sentido culpa alguna. Pero no lo hice, y siendo honesto nada podría aún ahora motivarme a tanto. Preferí en cambio ver cuánta paciencia hace a alguien paciente. Preferí dejarla en su casa de naipes.

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