jueves, 15 de julio de 2004

TORMENTA

Se quiebran las manos.
Se grita hasta tocar el vacío.
Se mutila la propia carne.
Se convierten en sincera amargura.
Se bautizan con sangre.
Se transforman en el agua.
Se evaporan en el aire.
Y el cielo sigue estrellado,
y el sol dá su mejor cara,
y todo sigue su curso
como si nada reparara en el tormento.

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